El capitán Josiah Newman (Gregory Peck) es el jefe de la unidad de psiquiatría de una base militar durante los últimos días de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Aunque vive entregado al cuidado de sus pacientes, hace todo lo posible para no volver al frente. Le preocupan especialmente tres pacientes que comparten un insuperable complejo de culpa por las muertes que han causado: el coronel Bliss (Eddie Albert), el cabo Tompkins (Bobby Darin), un hombre condecorado por su valor en la batalla, y el capitán Winston (Robert Duvall), que ha caído en estado catatónico, tras haber permanecido escondido durante más de un año en el sótano de un edificio en Alemania.